viernes, 5 de septiembre de 2008

Amigos de lo ajeno, enemigos de lo propio, e islas sin naúfragos.

Soy un completo afortunado porque en los 3 meses que llevo en el Caledonian aún no me ha desaparecido nada. Teniendo en cuenta que entre los propios habitantes del "long-term area" es habitual tomar-prestado-indefinidamente artículos de primera necesidad como aceite de oliva, calcetines o (y principalmente) todo tipo de botellas que contengan alcohol (desde cerveza hasta colonia), he de reconocer que el hecho de que aún mantenga todas mis pertenencias me equipara a uno de los intocables de Elliot Ness. Creo que la razón de este respeto estriba en pertenecer al spanish gang, una especie de organización mafiosa espontáneamente constituida, conformada por los españoles que en abrumadora mayoría habitamos la cuarta planta del hostel (y asimilados), y eminentemente dedicada -entre otras stravaganzas- a cocinar con cebolla y poner canciones de Canteca de Macao a todo trapo en la cocina... aunque desfortunadamente cada vez seamos menos. Se acaba el verano y nosotros, a diferencia de los australianos y canadienses que se quedan aquí sin nada mejor que hacer, volvemos a nuestro soleado país a torrarnos bajo el sol y ponernos hasta arriba de sangría (o por lo menos eso es lo que les decimos a estos guiris, que luego en España también llueve y al final sólo bebemos sopinstant).



De izda. a dcha., Nikolaj, el capitán pirata Jack "Thomas" Sparrow y Miguelón, devorando sus viandas para evitar que caigan en manos de los forajidos del long term.


- El otro día fui con Pilar (de Huelva), una compañera del hostel a visitar la isla de Crammond. Se trata de un islote deshabitado al norte de Edimburgo que está comunicado con tierra firme por un camino que, cuando sube la marea, se queda totalmente inundado. Eso conlleva, como ya habréis sagazmente deducido, que si ha subido la marea una vez has cruzado el paso hacia la isla, y a menos que hayas tenido la precaución (como yo tuve) de apuntar el número de los guardacostas o bien llevar una zodiac hinchable, tendrás que hacer noche en una isla del tamaño aproximado de cuatro campos de fútbol parcialmente cubierta de bosque y sin ningún tipo de iluminación.




Pilar, Crammond al fondo, y un kilómetro de camino embarrado.
Y, para variar, nada de sol.







A la derecha del camino se observa el murete dentado que discurre paralelo al camino, y que visto de lejos y de lado debe parecer una exposición de iconos de la Isla de Pascua. No sabemos muy bien para que sirve, porque proteger de la marea, lo que es proteger, más bien poco.






Si bien las vistas desde la isla son un auténtico lujazo, no quiero pensar en la cagalera que tiene que dar pasar la noche allí abandonado de la mano de dios entre cardos borriqueros y mosquitos del tamaño de una botella de Fairy, hasta que a las aguas les dé por retroceder y dejar el camino de nuevo al descubierto, o hasta que se produzca un nuevo milagro bíblico... ¿os imagináis que habría pasado si Moisés, al separar las aguas para facilitar la huida del pueblo hebreo de Egipto, se hubiese encontrado dos turistas andaluces -cámara digital en mano- caminado por el lecho marino de frente desde el otro lado y gritando "hombre! musha' grasia'! meno' ma' c'avenío uhté, que llevábamo' to la noshe en la ihla de lo' huevo' ¿por onde se va a prinse' ehtrí'?" ?

Vista del puente del canal desde la isla de Crammond.









Vista desde la isla de Crammond del camino recorrido y de las dunas marinas que forma la marea al retirarse. Aunque a mí, si me enseñaran esta foto sin decirme lo que es, pensaría que es la línea Sigfrido antes del estallido la I Guerra Mundial.







Nosotros pudimos volver a casa sin mayor percance que los pies embarrados y un rallie en autobús por el centro de Edimburgo, cortesía del conductor de la línea 41 de la compañía Lothian, que consideró oportuno emular a su compatriota Colin MacRae para máyor pavor de los usuarios del colectivo.

Como valoración de la visita, la verdad es que las vistas merecen la pena, supongo que con un poco de sol tiene que ser un auténtico espectáculo... pero eso de sol en Escocia, como que no, oiga. Si querías aprender inglés bajo sol haberte ido a Benidorm.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bonito! Aunque yo creo que así, sin sol, es lo más genuino... no?

Anónimo dijo...

me parece o has adelgazado bastante???
:)

Anónimo dijo...

Hola Jesús, soy Raúl,..... El otro día te fuiste a no sé que sitio húmedo y lluvioso con unas chavalas catalanas, ahora te has ido a otro sitio húmedo y aislado de por allí, por cierto, un páramo bastante impresionante,.... ¿te habrás ligado a alguna, no? Es que, como parece que tienes tantas probabilidades me abruma el pensarlo, solo pensarlo,... Ya sabes, perdona, paso tanto tiempo con adolescentes que algo se me pega jejeje Y opino como Laura, con sol, creo que no se vería tan auténtico, aunque a lo mejor más espectacular. Hasta luego

Anónimo dijo...

raul cuado vienes a mallorca? es que ya no te dejaran los niños....:)

Anónimo dijo...

Raul, no te emociones con esas "posibilidades" de las que hablas... a ver, que soy yo...como si no me conocieras...
Eso Zuza, poneos a flirtear entre vosotros...

Anónimo dijo...

oye que es una pregunta innocente..:)
espero hablar contigo cara a cara en unos dias y que podrias seguir con lo de blog pero en mallorca
Jesus en el reino de sobrasada o por estilo

Anónimo dijo...

Hola, holita!
Que tal? Soy Gema, esa cordobesa con pintas de guiris con la que disfrutastes de tus ultimas noches escocesas. Inmejorable compania, eh? Mi abuela me enseno a echarme florecillas. Por si vienes a mi tierra, aqui tienes mi correito: gemablond@hotmail.com.
un bezote!!
Ale disfruta de Noruega y come ballena!! No te arrepentiras!!