miércoles, 17 de septiembre de 2008

Adios Caledonian, Adios Escocia


14.09.2008

Bueno, pues va siendo la hora de marcharse. La estancia aquí ha sido intensa, pero es hora de seguir el camino a ver qué hay más allá de las puertas del hostel.

El Caledonian es un sitio guarrete, desordenado y con olor a pie... pero tiene el encanto de esos sitios donde la gente no se limita a pasar unos días, como cualquier hostel en short-term, sino donde la gente vive, en el sentido literal de la palabra, con todas sus consecuencias... como los bares de noche (no me refiero a esos pubs de música prefabricada, donde no da tiempo de hablar con nadie y el perfume de los instintos más primarios en flor impide el cambio de impresiones), lugares donde conocer gente y compartir penas, alegrías y borracheras, bajo la tenue luz de los focos (que en el Caledonian era literalmente tenue); el hecho de tener un bar dentro de las instalaciones permitía que a última hora de la noche -abría hasta las 5- aún quedara un refugio donde ir a resguardarse de la lluvia e inclemencias del tiempo (aunque Miguelín siempre nos surtía de cervezas por one pound fifty).


Inconfundible entrada a un hostel muy especial.


Foto de los cleaners del hostel en su trinchera, preparándose
para la batalla contra la mugre incrustada
(bueno, en realidad es el Imperial War Museum, de Londres...pero casi valdría)

Siguiente destino: Livepool, después Londres por unos días y tras eso Noruega. y vuelta a España

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