lunes, 5 de diciembre de 2011

Aux armes citoyens!!




En ese permanente estado de arrebato y rebelión que provoca el creciente número de parados, la impotencia de nuestros gobernantes y el olor a calcetín rancio, uno no puede por menos que pensar que alguien ha de levantar los puños -y parte del antebrazo- y decir basta ante tal número de tropelías y despropósitos; tanto más cuanto mayor es el número de desempleados, equivalente la incompetencia de los dirigientes electos, y menor el número de calcetines limpios.




Desolado e indignado como Mafalda ante un plato de sopa, al ciudadano medio (es decir, el que no es ni muy alto ni muy bajo) sólo le queda abocarse a las calles y protestar en masa informe reivindicando sus derechos frente a la delegación del gobierno y las tiendas de Calzedonia. Los severos recortes anunciados por todas las administraciones públicas (incluida la de los Reyes Magos, que se han visto obligados a desplazarse los tres en un solo camello) nos dejan las mismas alternativas de acción que una partida de ajedrez que acaba en tablas por rey ahogado, en la que lo que siempre había parecido una clara victoria se convierte por torpeza o falta de previsión en un empate técnico que a ningún jugador satisface. Así, lo que durante la última década parecía una victoria del estado social y democrático de derecho (sic), se ha convertido en una amarga derrota que se ha llevado por delante economías domésticas, avances sociales, y tiendas de medias y complementos.




Es lógico que en estas circunstancias, el pueblo (bendita palabra, que comunistas y fascistas usan por igual) eleve sus protestas cual turba enfurecida y demande cambios estructurales, sustentada en los irrebatibles argumentos que dan la indignación, los palos y las antorchas.




Sin embargo, es muy difícil concebir que una vez pasadas las elecciones generales, las aguas vuelvan a su cauce y los ánimos se templen, como si depositar una papeleta en una urna fuera el consuelo último y eficaz a todos los males de nuestro sistema de gobierno. Es ahora, si cabe, cuando hay que reclamar de nuestros dirigentes medidas que promuevan el empleo sin pérdida de derechos sociales, control de la acción de gobierno, y mudas limpias de Punto Blanco; es ahora cuando la voz ha de alzarse con aún más ahínco, y hacerse oir en el Congreso de los Diputados, en los Ayuntamientos y las Diputaciones, y hasta en los probadores del Bershka si fuera necesario.




Porque la indignación y la reivindicación de nuestros legítimos derechos no se marchita como la flor de un día, ni se evapora como el rocío de la mañana, ni se extingue como la llama de un mechero, ni se cambia y se deja de lado como un par de calcetines sucios.




Es ahora cuando hay que romper el tablero de ajedrez, para que no ganen los de siempre.




Que San Rod Stewart os bendiga.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

La celda de uno mismo

"Estimado Sr. Carcelero,

Le agradezco sobremanera que me haya quitado la mordaza. Créame que el hedor provocado por la falta de retrete en esta celda, los prietos grilletes de hierro oxidado y la inasaciable voracidad de las ratas, no me preocupaban tanto como ese funesto trozo de trapo que comprimía mis labios y laceraba mi nuca. ¿acaso no hay medio más cruel para rebajar mi dignidad, que aplicarme un vendaje compresivo hecho con una tela tan poco conjuntada con mi vestimenta? A la luz salta que soy un gentilhombre de alta alcurnia, no tiene nada más que ver mi porte distinguido, ese sayo hecho de telas de Flandes, esas calzas de bordado inglés; ¿es que no disponen de retales de seda para ocasiones como la presente, con un prisionero de mi estirpe?

Podrán sojuzgar mis palabras, podrán obstruir mi aliento, podrán incluso acallar mi voz; mas no podrán nunca hacerme olvidar quien pretendo ser."

Esa es la mentira piadosa de la libertad de expresión en nuestro tiempo.

martes, 1 de noviembre de 2011

Absolución de los pecados y lomo al ajillo



Pasadas las fechas en que se rememora esa castiza y muy nuestra festividad del Halloween, me he autoimpuesto la obligación de escribir cada día y dedicar un mínimo de tiempo a ello, no tanto por un afán de protagonismo o por llamar la atención, sino para pulir la expresión escrita fuera de contratos y demandas varias, como la interpuesta contra Lapices Alpino por la destrucción integral del Amazonas y parte de la Sierra de Güejar.

Así, mientras emgullía un lomo al ajillo en la proverbial y nunca-suficientemente-ponderada tasca de Manolo, llegué a la conclusión que el único acto redentor del hombre es entregarse a su prójimo por medio de la expresión artística, canalizada en este caso por la expresión literaria; sólo así, se puede conseguir la íntima unión entre dos almas y sus consustanciales ideas.
Aunque, bien pensado, otro posible medio para entregarte a tu prójimo es devorar su cerebro, pues es tal una forma bien directa de asumir su espíritu y aprehender sus opiniones (y de paso sus nutrientes).

Por tanto, amigos zombis o humanos en fase de persecución por los no-vivos, unámonos todos en íntima comunión y ayuntamiento carnal y espiritual para una mayor cohesión grupal, y por ende, gastronómica.

Que el zombi de San Rod Stewart os proteja.

sábado, 17 de septiembre de 2011

De las trampas del lenguaje, I: cómo escapar a la muerte usando la tercera persona del plural

- Juez: "¿Reconoce usted al acusado, sin ningún género de dudas, como el autor del delito?"

-Víctima: "Sí señoría, llevaba la misma carpeta azul delante de la cara el día de los hechos."


No cabe sino definir como glorioso, por no decir sublime, el uso de la palabra como escudo protector invulnerable, capaz de hacer rebotar hasta el dardo más envenenado.

No está al alcance de todos los intelectos dominar (o domeñar) el tiempo verbal y los artículos y pronombres precisos para, enunciando de forma directa un hecho, eludir los efectos perniciosos de su divulgación y, potencialmente con ello, la acción represiva de un tercero, salvaguardando en el anonimato la propia integridad física del agente emisor.

Permítaseme un ejemplo:

1.- "Me han dicho que se ha estropeado el aire acondicionado de la oficina".

En lugar de:

2.- "Se ha estropeado el aire acondicionado de la oficina".

Sin lugar a dudas, el segundo de los ejemplos conduciría a todo tipo de imprecaciones por parte de los compañeros de trabajo del dicente, insultos, agresiones verbales, y posiblemente lanzamiento de bolígrafos, grapadoras, expedientes administrativos y hasta posiblemente i-pods, ello muy a pesar de que el emisor probablemente no tenga nada que ver con el defectuoso funcionamiento del aire acondicionado. La turba enfurecida de empleados de oficina, acalorada y sudorosa, actuaría en tal caso cual masa vengativa, haciendo sufrir al mensajero el castigo procedente, sin tomar en consideración otras variables ni nexos causales.

Sin embargo, en el primero de los ejemplos, apreciamos que un ligero aunque firme velo se ha tendido entre el evento negativo y el emisor, gracias a la prodigiosa (se diría incluso que mágica) intervención de un tercero que es en efecto de dónde ha surgido la noticia; un tercero que, habiendo tenido conocimiento directo de los hechos, ha comunicado al agente emisor esta circunstancia; un tercero a quien poder cargar las culpas, pues muy probablemente (estará ahora pensando la jauría de oficinistas, armada con palos y antorchas) supo de la avería y, teniendo a su alcance los medios para facilitar el frescor y la higiene de sus compañeros de trabajo, no quiso/no pudo/no supo cómo arreglarla, lo que lo convierte en merecedor de la muerte o incluso de algo peor, la audición ininterrumpida de todos los grandes éxitos de Encarnita Polo.

Así pues, apreciamos como la adición de una fuente de información ajena al emisor (y más que posiblemente inexistente) puede servir para liberarle de funestas consecuencias, en tanto que el uso comedido y sutil de la tercera persona puede proteger su propia integridad y decencia. Expresiones del tipo "Se está comentando que ...", "Según parece, ...", "Dicen por ahí que ...." permiten al manifestante formular cualquier acusación por dura que sea, cual fiscal o vulgar Émile Zola, si bien oculto y parapetado tras las trampas del lenguaje.

Que san Rod Stewart os bendiga a todos.

domingo, 17 de julio de 2011

Volver a Bach




Cuando todas las convicciones caen por las circunstancias que las rodean y por su intrínseca naturaleza;
cuando el ritmo del día a día desata instintos ocultos que siempre han estado a la vista pero nunca han sido "instintos";
cuando la rutina de las cosas hace que dudemos incluso de nuestra propia existencia;
cuando el norte de la brújula se pierde simplemente porque nunca ha habido brújula;
cuando el lenguaje se convierte en una trampa que nos encierra y nos ahoga;
cuando recuperar la cordura se convierte en la esencia de la propia vida,

solo queda volver a Bach.

Entonces todo recupera la armonía y cada cosa se pone en su sitio. Aunque sólo sea durante los minutos que dura un aria.

http://www.youtube.com/watch?v=8xDjB13Fgi0

Es tan simple...

Que San Rod Stewart os bendiga.

jueves, 26 de mayo de 2011

20.000 Leguas de viaje ultramarino



Me gusta cuando entro al Mercadona y oigo por megafonía ese mensaje enlatado que estimula a los clientes a acercarse a las cámaras frigoríficas horizontales:

En la isla de pescado congelado, usted podrá encontrar toda una gran variedad en pescado traído de alta mar, merluza, bacalao, …”

Esta primera frase, este comienzo tan prometedor y tan sugestivo, me resulta más propio del título de una novela de Julio Verne que de un supermercado de barrio: ya imagino a valientes y encallecidos marineros surcando las costas y bajíos de la Isla del Pescado Congelado, lanzando sus redes a ese mar gélido para pescar paquetes de gulas del norte, rodajas plastificadas de tintorera, colas de merluza con o sin piel, palitos de cangrejo en envoltorios de a doce, bolsas de hielo y hasta algún que otro envase de caracoles en salsa y su ajillo.

¿Qué tesoros ocultos guardará la Isla de Pescado Congelado ? Puede que quizá cofres repletos de calamares petrificados en su tinta, antiguos escondites de piratas que huían del temido navío de guerra del Capitán Pescanova, corales de fideuás submarinas, cuevas ocultas con piedras preciosas defendidas por feroces pulpos a la gallega, chipirones dorados como el bellocino que buscaban Jasón y sus argonautas, …

¡Oh, qué gran mundo de aventura sin igual se esconde en la Isla de Pescado Congelado, con sus playas, vitrinas y expositores vírgenes!



¡Ya me parece divisar en lontananza los cocoteros que nacen a la vera de las cajas de gambas y langostinos!

¡Rápido, aprestemos la proa de nuestro carrito de la compra hacia sus orillas, y enarbolemos la tarjeta visa para hacernos con sus riquezas!



¡Timonel, rumbo a la conquista de la Isla de Pescado Congelado!






Que San Rod Stewart os bendiga a todos.



PD.: Ya me echabais de menos, eh? ...