domingo, 21 de septiembre de 2008

Cancioncillas

Algunos grupos que se han escuchado durante el verano en la radio escocesa:

The ting tings:
http://es.youtube.com/watch?v=6UX0p7uAW2s

Semisonic
http://es.youtube.com/watch?v=0DNht5da6YM

Sara Bareilles
http://es.youtube.com/watch?v=MR5xv3pt7KI

kasabian - empire (este video esta muy chulo).
http://es.youtube.com/watch?v=aSKxXu05aOE

Estelle
http://es.youtube.com/watch?v=SY7xXSW_NG4

Panic at the disco
http://es.youtube.com/watch?v=TXeJvqIUJ8M

Coldplay
http://es.youtube.com/watch?v=pTjFP_iORYg&feature=related

Elbow (muy bueno, the bones of you)
http://es.youtube.com/watch?v=-r3Bs_KkP94

The Fratellis
http://es.youtube.com/watch?v=clhOnZRrmXc

Jason Mraz
http://es.youtube.com/watch?v=EkHTsc9PU2A

...
Rayos! se me habían olvidado The kooks
http://es.youtube.com/watch?v=FOHCmr8shWc
(y eso que al principio los odiaba)

sábado, 20 de septiembre de 2008

Marco el Vikingo, y Vikie de los Apeninos a los Andes

El 18 llegué a Stavenger, una ciudad en el suroeste de Noruega. En contra de lo que pudiera parecer, hacía un clima bastante templado, más seco y cálido que en Edimburgo -incluso ahora en Granada está lloviendo sin cesar-.

La vista de la ciudad es muy pintoresca. Si de pequeño te piden que pintes una "casa", pues pintas un cuadrado de colores con dos cuadraditos en su mitad superior como ventanas y un rectángulo abajo simulando una puerta, y sobre él el tejado triangular, con su correspondiente chimenea y hasta las gaviotas del PP sobrevolando la bucólica escena.

¿verdad que sí? pues ahora, que levanten la mano los que viven en una casa así... no, en España se vive en horrendos boques de ladrillo y hormigón -si eres un poco afortunado, igual vives en un adosado-. Pues en Noruega, al menos por lo que yo he visto, sí viven así, y parece todo de cuento.



Me decía Celia (a.k.a. Campanilla, gracias por soportarme durante todos estos días) que Stavenger es la capital del petróleo (es la sede del Museo Noruego del Petróleo). Especialmente pintoresco es el puerto:

Gaviotas del tamaño de un boeing 747.

Entre otros encantos turísticos, cerca de Stavanger se encuentra una roca denominada preikestolen (púlpito), que consiste en una plataforma que se adentra sobre un fiordo -al que no tuve oportunidad de acudir-, tal que así:

Tiene que dar bastante repeluco asomarse, porque lo que hay abajo es agua fría y poco mullida.


También hay unas tremendas espadas junto a una playa que simbolizan la unión de los tres reinos vikingos en el siglo IX, aunque parecen perfectamente un escenario de un concierto heavy:

Espectacular



Portada del último disco del grupo de rock duro The plaster cats.


Para mayor inri, nos encontramos un grupo de tunos de la facultad de Medicina de la Univ. de Barcelona, a los que Campanilla acogió y alimentó en su casa. Los colegas se pasaron toda la tarde tocando "clavelitos" o otros clásicos tuniles.... en Noruega... quien lo iba a decir. Hay fotos del encuentro, he de buscarlas y colgarlas.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Londres


En Londres he estado solo 4 dias, pero he intentado patearme todo lo que he podido. Me quede en un hostel llamado Astor Victoria, cerca de la estación de tren de Victoria (un hostal muy recomendable, por cierto, aunque le faltaba el carisma del Caledonian -ya nunca los youth hostels serán lo mismo para mí). Al poco de llegar me di un paseo por Victoria st. hasta la Abadía de Westminster, donde en ese momento comenzaban un oficio (llamado creo Evensong) en el que un coro de críos cantaba junto a los asistentes a la misa; ni corto ni perezoso, me metí rápidamente y me uní al oficio como un anglicano más (cantaba las canciones como Mr. Bean, leyendo el libro de salmos y procurando entonar bajito, no fuera que se dieran cuenta de que era español y por ello católico, y quisieran cortarme la cabeza); evidentemente, tú cantas sólo si quieres, pero ya que estábamos ahí... Fue realmente espectacular, porque además los interiores de la abadía son una pasada.

Vista exterior de la Abadía; en primer
plano, turistas-estorbo.


Luego me di un buen paseo por la ribera del Thames hasta llegar al Parlamento y de ahí volví al hostel.

El Guadalquivir, y al fondo, la torre del oro.

Al día siguinte fui al Imperial War Museum, onde tenían una exposición completa de la vida en el UK durante los raids aéreos alemanes en la II guerra mundial, así como una exposición permanente sobre las dos guerras mundiales (incluso hay una recreación de una trinchera durante la I GM). Por la tarde fui a un tour en inglçes por la City organizado por Sandemans New Europe Tours (un acierto esta gente, tanto en Edimburgo como en Londres tours de puta madre por el dinero que tu quieras aportar, con guias preparados y simpaticos).


Por la noche, para matar el gusanillo, me fui al Soho esperando encontrar garitos de indie y pop, pero en su mayoria eran salas de cine X y pubs de ambiente; no es que tenga ningun problema con eso, es solo que no era lo que buscaba.


Al dia siguiente fui a recorrer de nuevo la ciudad, pasando por Hyde Park (señor, que parque mas grande, no se acababa nunca) y luego por la tarde entre el la Tate Modern Gallery... bueno, me recordó bastante al video del Gañan de "El arte: ese mundo de sinverguenzas":

http://es.youtube.com/watch?v=vibL3s54RN8

Yo es que eso de ver un bloque de carton rojo sobre la pared, y que eso sea una obra de arte...pues...eso...que si usted lo dice.... Pero fue una experiencia constructiva (y gratuita, sobre todo).

Al dia siguiente fui a la National Gallery, que eso es mucho mas llano y comprensible para un vulgar campesino de a pie como yo. Lastima que hubiera de marcharme por la tarde de Londres, porque aquello era para echarle tiempo de sobra, sobre todo por las salas que tienen dedicadas a pintura flamenca, española e italiana de los siglos XVI y XVII.

Una pinta de Alhambra, y de tapa un triquini de haggis




Comenté en un e-mail que había encontrado un bar en Edimburgo donde servía ... cerveza Alhambra!!



pues aquí está la prueba:




Aunque no se vea muy bien, esun cartelón de Cervezas Alhambra. El bar esta camino del Jardín Botánico. Al entrar (iba acompañado de Albar, de León), comprobamos que servían 1.925. Y aquello había que probarlo.


Pues eso. Sólo nos faltaba el triquini de haggis...

Adios Caledonian, Adios Escocia


14.09.2008

Bueno, pues va siendo la hora de marcharse. La estancia aquí ha sido intensa, pero es hora de seguir el camino a ver qué hay más allá de las puertas del hostel.

El Caledonian es un sitio guarrete, desordenado y con olor a pie... pero tiene el encanto de esos sitios donde la gente no se limita a pasar unos días, como cualquier hostel en short-term, sino donde la gente vive, en el sentido literal de la palabra, con todas sus consecuencias... como los bares de noche (no me refiero a esos pubs de música prefabricada, donde no da tiempo de hablar con nadie y el perfume de los instintos más primarios en flor impide el cambio de impresiones), lugares donde conocer gente y compartir penas, alegrías y borracheras, bajo la tenue luz de los focos (que en el Caledonian era literalmente tenue); el hecho de tener un bar dentro de las instalaciones permitía que a última hora de la noche -abría hasta las 5- aún quedara un refugio donde ir a resguardarse de la lluvia e inclemencias del tiempo (aunque Miguelín siempre nos surtía de cervezas por one pound fifty).


Inconfundible entrada a un hostel muy especial.


Foto de los cleaners del hostel en su trinchera, preparándose
para la batalla contra la mugre incrustada
(bueno, en realidad es el Imperial War Museum, de Londres...pero casi valdría)

Siguiente destino: Livepool, después Londres por unos días y tras eso Noruega. y vuelta a España

jueves, 11 de septiembre de 2008

Dangerous sports




El sábado 9 fui con Noemi, Chris y Miguel a patinar sobre hielo al Murrayfield ice rink. Hay que tener en consideracion que mi habilidad psicomotriz es bastante limitada (creo que de forma proporcional al paso de los anhos, "a mas mayor mas torpe").



Se trataba de un pabellon donde juega el equipo de hockey-hielo local junto al famoso estadio de Murrayfield (donde juega Escocia al rugby, si no me equivoco). Era la primera vez que me ponia unos patines de hielo, y en verdad a Dios pongo por testigo que va a ser la ultima. Tal es la conclusion a la que llegue la septima vez que cai sobre el cachete derecho sobre la pista, bajo la atenta mirada de los adolescentes que veían a un tio mayorcerte y con pinta de no ser de aquí resbalar una y otra vez (a pesar deno soltarse de la barra latera l) e irse al suelo. Han sido necesarios 5'50 pounds y dos horas de torpeza para confirmarme en mi afición por los juegos de tablero de mesa.

Afortunadamente, no hay fotos.

Hace poco subí al Arthur's Seat, la colina de unos 210 mts. de altura (si no recuerdo mal) que se encuentra al oeste de la ciudad, sobre el parque de Holyrood, al final de la Royal Mile.


Al fondo, el Arthur's Seat, desde el puente de Waverley


La subida no implica tener que hacer escalada, la mayor parte del trecho es sólo subida algo empinada, pero sin más. El problema viene al llegar a la cima, que un trecho muy rocoso; había llovido había hacía poco, y las rocas estaban muy húmedas, con lo que era fácil perder pie. Eso me hizo en un momento mirar abajo: las vistas de la ciudad son espectaculares (se ve todo Edimburgo, el puerto de Leith, la colina de North Berwick -que está un rato lejos- e incluso al noreste la isla de Crammond y el puente que cruza el Firth of Forth en dirección a Perth), pero lo que te pone las gónadas de pajarita es la caída que hay recta hasta la base del parque. Esa vista me hizo preguntarme: ¿qué necesidad tengo yo de subir? ¿a mi quién me manda meterme en esto?

A pesar de las dudas, seguí subiendo apoyándome de roca en roca y llegué a la cima,lo que me llenó de alegría y orgullo, que desaparecieron cuando poco después demí llegó un tío que habían subido con chanclas y hasta una abuela con su nieta. Eso me permitió descubrir que había un camino más o menos suave, y que yo estaba haciendo el idiota subiendo innecesariamente por las rocas. De todas formas, fue una buena prueba, y las vistas en verdad merecen la pena.



Es que es alto...no lo parece pero es MUY alto.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Amigos de lo ajeno, enemigos de lo propio, e islas sin naúfragos.

Soy un completo afortunado porque en los 3 meses que llevo en el Caledonian aún no me ha desaparecido nada. Teniendo en cuenta que entre los propios habitantes del "long-term area" es habitual tomar-prestado-indefinidamente artículos de primera necesidad como aceite de oliva, calcetines o (y principalmente) todo tipo de botellas que contengan alcohol (desde cerveza hasta colonia), he de reconocer que el hecho de que aún mantenga todas mis pertenencias me equipara a uno de los intocables de Elliot Ness. Creo que la razón de este respeto estriba en pertenecer al spanish gang, una especie de organización mafiosa espontáneamente constituida, conformada por los españoles que en abrumadora mayoría habitamos la cuarta planta del hostel (y asimilados), y eminentemente dedicada -entre otras stravaganzas- a cocinar con cebolla y poner canciones de Canteca de Macao a todo trapo en la cocina... aunque desfortunadamente cada vez seamos menos. Se acaba el verano y nosotros, a diferencia de los australianos y canadienses que se quedan aquí sin nada mejor que hacer, volvemos a nuestro soleado país a torrarnos bajo el sol y ponernos hasta arriba de sangría (o por lo menos eso es lo que les decimos a estos guiris, que luego en España también llueve y al final sólo bebemos sopinstant).



De izda. a dcha., Nikolaj, el capitán pirata Jack "Thomas" Sparrow y Miguelón, devorando sus viandas para evitar que caigan en manos de los forajidos del long term.


- El otro día fui con Pilar (de Huelva), una compañera del hostel a visitar la isla de Crammond. Se trata de un islote deshabitado al norte de Edimburgo que está comunicado con tierra firme por un camino que, cuando sube la marea, se queda totalmente inundado. Eso conlleva, como ya habréis sagazmente deducido, que si ha subido la marea una vez has cruzado el paso hacia la isla, y a menos que hayas tenido la precaución (como yo tuve) de apuntar el número de los guardacostas o bien llevar una zodiac hinchable, tendrás que hacer noche en una isla del tamaño aproximado de cuatro campos de fútbol parcialmente cubierta de bosque y sin ningún tipo de iluminación.




Pilar, Crammond al fondo, y un kilómetro de camino embarrado.
Y, para variar, nada de sol.







A la derecha del camino se observa el murete dentado que discurre paralelo al camino, y que visto de lejos y de lado debe parecer una exposición de iconos de la Isla de Pascua. No sabemos muy bien para que sirve, porque proteger de la marea, lo que es proteger, más bien poco.






Si bien las vistas desde la isla son un auténtico lujazo, no quiero pensar en la cagalera que tiene que dar pasar la noche allí abandonado de la mano de dios entre cardos borriqueros y mosquitos del tamaño de una botella de Fairy, hasta que a las aguas les dé por retroceder y dejar el camino de nuevo al descubierto, o hasta que se produzca un nuevo milagro bíblico... ¿os imagináis que habría pasado si Moisés, al separar las aguas para facilitar la huida del pueblo hebreo de Egipto, se hubiese encontrado dos turistas andaluces -cámara digital en mano- caminado por el lecho marino de frente desde el otro lado y gritando "hombre! musha' grasia'! meno' ma' c'avenío uhté, que llevábamo' to la noshe en la ihla de lo' huevo' ¿por onde se va a prinse' ehtrí'?" ?

Vista del puente del canal desde la isla de Crammond.









Vista desde la isla de Crammond del camino recorrido y de las dunas marinas que forma la marea al retirarse. Aunque a mí, si me enseñaran esta foto sin decirme lo que es, pensaría que es la línea Sigfrido antes del estallido la I Guerra Mundial.







Nosotros pudimos volver a casa sin mayor percance que los pies embarrados y un rallie en autobús por el centro de Edimburgo, cortesía del conductor de la línea 41 de la compañía Lothian, que consideró oportuno emular a su compatriota Colin MacRae para máyor pavor de los usuarios del colectivo.

Como valoración de la visita, la verdad es que las vistas merecen la pena, supongo que con un poco de sol tiene que ser un auténtico espectáculo... pero eso de sol en Escocia, como que no, oiga. Si querías aprender inglés bajo sol haberte ido a Benidorm.